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Amo la Humillación de Ser Marica

 SOY MARICA. El ser marica es como un orgasmo que nunca termina. Es una vida de los sentidos y las emociones que procura la humillación, con interminables juegos eróticos, y con un propósito intencionado de que me controlen.
 SOY MARICA. Empecé mi vida como una mariquita. Se me ha enseñado que esto es verdad y lo he abrazado. Yo era una persona tensa, ordenada e infeliz, hasta que me dejé llevar y aprendí a ser una marica. Me gusta ser una marica y no puedo imaginar por qué me debería gustar cambiar.
 SOY MARICA. Disfruto sometiéndome a las mujeres en general. Sobre todo, como una marica. Me gusta cómo me siento útil para las mujeres. Me gusta cómo hago que las mujeres se sienten útiles. Yo no soy útil como macho, sobre todo porque eso no existe en mí.
 SOY MARICA. Yo no me siento mujer en un cuerpo masculino. Yo soy un marica en un cuerpo de mariquita. Me gusta lo que soy. No tengo ningún deseo de eliminar mi pequeña colita. No me gustaría tener una vagina. No albergo resentimiento por no haber nacido mujer.
 SOY MARICA. No soy un macho tampoco. A un macho no le importa si sus piernas son suaves y sedosas. Para mí, es muy necesario, muy sensual y me veo muy bonita. Un hombre siente una necesidad interna por “tomar las mujeres”, como si fueran algún premio ganado. Yo no.
 SOY MARICA. Para mí, un macho es egoísta e indiferente a todo, en comparación con una mujer o un marica. Un macho quiere cazar y competir siempre contra otros machos. Lo llaman testosterona o es su educación. No lo sé. Pero, yo cuanto más trato de ser lo que la sociedad considera un hombre “normal”, menos me gusto a mí misma.
 SOY MARICA. No un macho. Porque he aprendido cuán maravillosa es la vida bajo el control y la alegría de las mujeres. He aprendido que el sentimiento de impotencia no solo es aceptable, sino francamente erótico. He aprendido a disfrutar de una piel suave y de sedosa ropa, sobre todo porque es opuesta a la utilidad práctica de la ropa de los hombres.
 SOY MARICA. Cualquiera que haya usado un corsé deliciosamente apretado y tacones altos puede darse cuenta de la explosión de sentimientos eróticos que producen, además de otras sensaciones delicadas, afectivas y muy relajantes. Así, la mariquita se siente indefensa y sumisa.

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