Inmediatamente despues

Luego de no se cuanto tiempo, sinceramente no tengo ni idea, me dijo al oído:
. Vamos a hacerlo de ladito amor.
Se paro al lado del sofá y me ayudo a pararme, luego el se acostó de lado y me dijo:
- Ven amor, acuéstate a mi lado que te voy a dar divino.
Yo me acosté a su lado, dándole la espalda y me levanto la pierna que no estaba pegada al sofá, y el se acerco tomando nuevamente su pene que a estas alturas lucia monstruosamente enorme, y me penetro moviendo sus caderas hacia mi. Ya para ese momento yo estaba totalmente dilatada, así que el comenzó a meterlo hasta el fondo y a sacarlo completamente, a meterlo y a sacarlo, y el disfrutaba cada vez que yo gemía cuando me lo empujaba hasta el fondo. Me decía:
- Te gusta amor, esto es todo tuyo, gózalo como la hembra que eres.
Yo le decía:
- Si mi amor, me fascina, me encanta cuando me penetras y me llenas toda,
Después de un rato así, comenzó a penetrarme con movimiento de cintura agarrando mi pierna por detrás de la rodilla para ayudarme a mantenerla así. Yo gemía de placer, estaba completamente extasiada, y el parecía un toro en celo, respirando cada vez mas fuerte.
De pronto se detuvo, y me dijo:
- Te quiero acabar en cuatro amor.
Me coloco de rodillas, el se puso de rodillas detrás de mi, con su mano tomo su pene y me lo introdujo hasta el fondo.
- Que delicia amor, eres divina, me vuelves loco de placer.
Y yo le dije:
- Mi amor, eres divino, que rico me estas cogiendo.
Me dijo:
Te gusta así amor?
Y yo le dije:
- Si mi amor, métemela toda, hasta el fondo, dame duro, hazme tuya.
Ese hombre se volvió como loco, en cada embestida sentía como su pene penetraba hasta lo mas profundo de mi ser. En un momento me dijo:
- Voy a acabar amor, te puedo acabar adentro.
Y yo le dije:
- Si mi amor, lléname de tu semen, déjame preñada.
Continuo como un minuto mas cuando note que ya estaba jadeando como si fuera a acabar y me dijo:
- Ahhhhh toma mi leche amor.
Sentí como palpitaba su pene dentro de mi y como me lo metía hasta el fondo con cada palpitación. Luego de unos 30 segundos se dejo caer sobre mi espalda, mientras me decía:
- Que delicia amor, eres divina, me hiciste acabar divino, seguro de esta quedas preñada.